International and Multidisciplinary Journal of Social Sciences
Volumen 13, Número 1, 28 de marzo de 2024, Páginas 19 38
Autor(s) 2024
http://dx.doi.org/10.17583/rimcis.11718
Análisis del Proceso de Integración Relacional de los Inmigrantes en España: El Factor Étnico
María Aurora Cañadas-Romero, Antonio Rúa-Vieites, Mercedes Fernández-García y Juan Iglesias-Martínez
Resumen
En esta investigación se analizará el papel que tienen las redes sociales en el proceso de integración relacional de la población inmigrante en España. En concreto, se estudiará como el factor étnico de la red condiciona su proceso de incorporación a los grupos primarios de la sociedad de acogida. Para llevar esto a cabo se desarrolla un indicador que nos permite conocer la concentración étnica de la red, diferenciando entre redes étnicas, mixtas y nativas. Posteriormente, aplicando un análisis de correspondencias se identifican aquellas variables que influyen en el proceso de evolución relacional de las redes sociales. Las principales conclusiones apuntan a que las redes de los inmigrantes no evolucionan de manera natural hacia redes asimiladas, sino que lo que se produce es un proceso de ampliación de la red. Así, las redes mixtas se constituyen como la forma más común de desarrollar vínculos con nativos. Además, en este caso el paso del tiempo en el país de acogida o la generación no parecen determinar el acceso a redes nativas, sino que la posesión o pertenencia a estas redes parece venir explicada por factores estructurales como el nivel educativo y la ocupación profesional.
Palabras clave
Redes sociales, inmigrantes, integración, etnicidad
Desde la antropología estructural, la red social se define como aquel conjunto de relaciones que se establecen entre cierto número de personas que pueden o no estar conectadas entre sí, proporcionándonos información sobre la conducta social de los actores implicados. De esta forma, la red no necesariamente ha de estar fuertemente institucionalizada, sino que se trata de un conjunto de relaciones que giran en torno a un principio organizativo común (Gurak y Fe-Caces, 1998, p. 152). A los efectos de este trabajo, se presta especial atención a diferentes aspectos relacionados con la estructura de la red social (Lozares, 1996; Requena-Santos, 1989). En concreto, a su disponibilidad (relaciones a las que se recurre en primer lugar en caso de necesitar ayuda) y a su composición (características individuales de la misma).
En el ámbito de las migraciones internacionales las redes desempeñan un papel importante a lo largo de todo el proceso migratorio: así, en esta fase inicial estas estructuras informales compuestas por connacionales, paisanos y familiares influyen tanto en el desarrollo de flujos migratorios como en la incorporación de los recién llegados a la sociedad de acogida. Esto lleva a entender a los pioneros como reclamo y apoyo de los que les siguen, quienes, a su vez, pueden continuar ejerciendo el mismo rol con los que vienen detrás (de Miguel-Luken, 2020, p. 8). En otras palabras, las redes migrantes facilitan el proceso de incorporación a la sociedad de acogida reduciendo los costes tanto materiales como emocionales derivados de la emigración (Massey, 1990; Massey et al., 1993; Maya-Jariego, 2009).
Una vez en el país de acogida, las redes intragrupales, formadas por familiares y amigos, se constituyen como las redes de apoyo social de los recién llegados, proporcionando, por un lado, el apoyo emocional y financiero que permite a los nuevos migrantes incorporarse a la sociedad receptora y, por otro, continuidad a los valores culturales y costumbres del país de origen (Boyd, 1989; Ebaugh y Curry, 2000); además, algunos autores (Anthias y Cederberg 2009; Danzer and Ulku 2011; Kindler et al., 2015) señalan que estas redes familiares están positivamente relacionadas con el éxito económico, al ser usadas por los inmigrantes para comenzar a trabajar de forma autónoma. Por otra parte, el papel de los nativos en estas redes facilitará el acceso a información y recursos diferentes a los que se encuentran en sus redes más próximas (Claridge, 2018, p. 15), favoreciendo mecanismos de integración y cohesión social (Kindler et al., 2015; Lozares et al., 2011; Maya-Jariego 2009).
Así, las redes sociales que desarrolla la población de origen inmigrante tienen un papel esencial en el funcionamiento de la integración en el ámbito local (Ager & Strang 2008, p. 2). Definiremos aquí por integración social (de la población inmigrante) como el proceso de interpenetración en un sistema social (la sociedad de acogida) de diferentes elementos externos a él (Lozares et al., 2011, p. 4). Se trata de un complejo proceso que puede ser desglosado en dos grandes dimensiones interrelacionadas: integración estructural e integración socio-cultural (Solé et al., 2002; Ager y Strang 2008; Heckmann 2005, 2015; Penninx y Garcés-Mascareñas 2016). La dimensión estructural engloba la adquisición de derechos y, por tanto, el acceso a instituciones básicas de la sociedad de acogida (participación en el mercado laboral, de trabajo, la educación y la formación profesional, la vivienda y el acceso a la salud). La dimensión sociocultural, por su parte, está relacionada con los factores sociales y se refiere a la inserción de los inmigrantes dentro de las relaciones primarias y redes sociales de la sociedad de acogida (Ares-Mateos y Fernández-García 2017, p. 2).
En esta investigación se prestará especial atención a la dimensión relacional de la integración, que estudia la posesión o pertenencia a las redes sociales y lazos que los inmigrantes desarrollan en el país de acogida (de Federico de la Rúa 2004, p. 5). En concreto, nos ocuparemos de estudiar la influencia de la dimensión étnica de las redes sociales de los inmigrantes en su proceso de integración relacional en España. Para ello, se estudia, en un primer momento, la composición de las redes migrantes atendiendo a su factor étnico, examinándose, en segundo lugar, aquellas variables que influyen en esta evolución relacional.
La Composición Étnica y la Evolución Relacional de las Redes de los Migrantes
El estudio de la composición étnica de las redes y su evolución nos aporta información relevante para analizar las distintas estrategias que este colectivo adopta a la hora de reelaborar sus relaciones sociales en el país de acogida (Górny y Toruńczyk-Ruiz 2014; Kalter 2015; Kindler et al., 2015; de Miguel Luken et al., 2015; Schaeffer 2013) permitiéndonos conocer el impacto de estas relaciones en diferentes aspectos de su integración relacional. Sin embargo, no todos los autores coinciden acerca de cómo el componente étnico de la red impacta en este proceso.
Así, aquellos que sostienen una visión lineal de la asimilación (Gordon 1961; Gans 2007; Alba y Nee 2009, p.17-67) consideran que conforme aumenta el tiempo de estancia, los grupos de inmigrantes tenderán a abandonar sus redes y desarrollarán más lazos primarios con miembros nativos de la sociedad receptora, con el propósito de asemejarse en mayor medida a la misma. Para estos autores, la inserción de los migrantes en redes nativas fuera del grupo más cercano de amigos y familiares- es especialmente importante para poder acceder a oportunidades educativas y laborales, así como para integrarse en la sociedad de acogida (Granovetter 1973, p. 15); de la misma manera, piensan que el encapsulamiento hacia el intragrupo puede ralentizar la creación de vínculos con la sociedad de acogida y la adquisición del capital cultural y social necesario para competir en las instituciones centrales del país de acogida (Portes y Jensen 1989; Gurak y Fe-Caces 1998; Portes y Landolt 2000; Heckmann 2005; Godenau et al., 2014). En este sentido, los indicadores que tradicionalmente se han utilizado para medir el grado de integración relacional de la población inmigrante están relacionados con el desarrollo de amistades y matrimonios mixtos, así como con la participación en asociaciones y organizaciones voluntarias de la sociedad de acogida (Ager y Strang 2008; Alba y Nee 2009; Godenau et al., 2014; Heckmann 2005; Solé et al., 2002).
Sin embargo, otras investigaciones (Martínez-García et al., 2001; Maya Jariego 2002, 2003, 2009) sostienen que los inmigrantes tienden a reproducir en el nuevo lugar de residencia estructuras sociales lo más parecidas posible al país de origen para, posteriormente, incorporar de manera gradual a miembros externos al grupo, ya sean de otras procedencias o provengan de la sociedad receptora. Esto implica que la red intragrupo se mantiene, pero se amplía hacia los contactos nativos que se van incorporando al mismo conforme aumenta el tiempo de residencia en el país de acogida.
Lógicamente, se espera que sean las generaciones posteriores a la de inmigración las que cuenten con una mayor presencia de nativos entre sus relaciones sociales (Penninx y Garcés-Mascareñas 2016; Waters y Jiménez 2005). Sin embargo, la interacción dentro de las redes y grupos primarios de la sociedad de acogida es improbable que ocurra bajo condiciones de desigualdad de estatus (Rumbaut 2001, p. 3). Esto quiere decir que la probabilidad de desarrollar relaciones sociales con autóctonos y ser aceptado en sus redes y grupos primarios no solo dependen del tiempo de estancia en el país de acogida o del cambio generacional, sino también de factores estructurales como la nacionalidad de origen, su capital humano, el poseer o no permiso de residencia legal o ciudadanía, el origen étnico de la pareja, contar con espaciones de encuentro y la concentración espacial y residencial (Alba y Nee 2009; Maya-Jariego 2009; Dahinden 2011; del Rey Poveda y de Vilhena 2014; de Miguel Luken et al., 2015).
En España, el estudio de las redes sociales que posee la población inmigrante ha sido objeto de interés creciente en los últimos años (Martínez-García et al., 2001; de Federico de la Rúa 2004; Gualda-Caballero 2004; Lubbers et al., 2007; Santacreu-Fernández & Francés-García 2008; Maya-Jariego 2009; Vono-de-Vilhena y Vidal-Coso 2012; del Rey Poveda & de Vilhena 2014; de Miguel Luken 2020). Algunos de los trabajos más destacados en este ámbito son los llevados a cabo por Maya Jariego y Martínez García, quienes aplicaron las teorías sobre capital social, el análisis de redes sociales y el acceso a recursos por parte de los extranjeros en España (de Miguel Luken & Solana-Solana 2007, p. 12). Estos autores han desarrollado deferentes tipologías analíticas de las redes sociales de los inmigrantes tomando como referencia indicadores relacionados con la frecuencia de contacto con personas del mismo origen, inmigrantes de terceros países o personas del país de acogida (Martínez-García et al., 2001; Maya-Jariego, 2002, 2003, 2009).
Otras investigaciones han estudiado el impacto que tienen las redes informales en diferentes aspectos del proceso de incorporación social de los inmigrantes en la sociedad española. En este sentido, se puede destacar el trabajo llevado a cabo por Vono-de-Vilhena & Vidal-Coso (2012) sobre el papel de las redes interétnicas en el acceso al primer empleo en España o el trabajo llevado a cabo por Esteban (2015) sobre el papel de las relaciones informales en la incorporación al mercado laboral de los inmigrantes económicos y ex exiliados argentinos. Otros estudios han analizado el rol de los matrimonios mixtos en el proceso de integración social de los inmigrantes (de Miguel Luken et al., 2015; Santacreu-Fernández y Francés-García, 2008) o el impacto que tienen las relaciones sociales desarrolladas por los inmigrantes para su identificación étnica (Lubbers et al., 2007). También se pueden destacar estudios centrados en el análisis de los vínculos establecidos con la sociedad de acogida a través de la participación de nativos en asociaciones de inmigrantes (Bolíbar-Planas 2011; Gaete-Fiscella y Mena-Martínez 2016) y en el análisis de los factores que intervienen en el desarrollo de lazos con población nativa (de Miguel Luken y Tranmer 2010).
Toda esta literatura pone de manifiesto la importancia que ha adquirido la composición y estructura de las redes sociales de los inmigrantes para comprender, por un lado, las diferentes estrategias que este colectivo adopta a la hora de reconstruir su capital relacional y, por otro, estudiar el papel que tienen estas redes en sus diferentes procesos de integración social. De esta forma, la elaboración de una tipología de redes ha demostrado ser una herramienta eficaz para conocer como son las redes de apoyo social de los inmigrantes en España (Maya-Jariego, 2003, p. 17).
Metodología
Este trabajo analiza de manera empírica la influencia de la dimensión étnica de las sociales de los inmigrantes en su proceso de integración relacional en España. Para ello, se estudia, en un primer momento, la composición de las redes de los inmigrantes atendiendo a su factor étnico, examinándose, en segundo lugar, aquellas variables que influyen en esta evolución relacional.
Fuente de Datos y Descripción de la Muestra
En este estudio se usaron los datos procedentes de una encuesta realizada en España a población de origen inmigrante1 durante el año 2017 con una muestra de 1215 personas residentes en el país, mayores de 15 años. Esta encuesta se realizó inicialmente en español, inglés y francés. Además, la empresa encargada de realizar el trabajo de campo contó con entrevistadores cualificados que dominaban la lengua materna de los entrevistados que no podían comunicarse en ninguno de los idiomas mencionados.
Para conocer el tamaño y las características sociodemográficas principales del colectivo de inmigrantes en España, se utilizaron los datos del Padrón Municipal de habitantes del INE a enero de 2017. A esta fecha, la población de origen inmigrante residente en España alcanza aproximadamente los 4,67 millones de personas. En un primer momento, se consideró llevar a cabo un muestro aleatorio estratificado en función del sexo, la edad y el país de origen. Sin embargo, la dificultad de acceso a los datos censales de cada estrato para poder realizar el oportuno muestreo aleatorio hizo que se decidiera llevar a cabo un muestreo probabilístico por cuotas, tomando como referencia tres variables: país de nacimiento, sexo y edad (15-34 y 35 años o más). Para el cálculo de las cuotas, la encuesta se limitó y circunscribió territorialmente a seis comunidades autónomas (Andalucía, Cataluña, Comunidad de Madrid, Comunidad Valenciana, País Vasco y Región de Murcia), en las que se concentraba el 72% de la población de origen inmigrante en España (3,37 millones de personas). Sobre esta base de población se diseñó el muestreo de esta investigación. El tamaño muestral considerado ha sido de 1200 casos. Así, en función del peso de cada comunidad se repartieron, por afijación proporcional, los 1200 casos entre las seis comunidades autónomas y, para cada comunidad, se calcularon posteriormente cuotas de forma interdependiente, en función de las variables de control seleccionadas, con el propósito de reflejar mejor las características de la población objeto de estudio en cada región. Para conocer con más detalle el proceso de diseño de la muestra se puede consultar Iglesias, Rúa-Vieites y Ares-Mateos, (2020, pp. 38-39).
Cuantificación del Componente Étnico de las Redes
Para cuantificar el componente étnico de las redes, se identificaron, en primer lugar, las dimensiones que forman dichas redes. Posteriormente, se elaboró un indicador para poder medir la concentración étnica de las redes sociales. Finalmente, se segmentaron estas redes en función de su grado de etnicidad.
Las Dimensiones de la Red Social
Para identificar la composición étnica de la red se elaboró una escala que pudiera proporcionar información sobre la concentración étnica de la red de contactos. Esta escala está compuesta por dos dimensiones (Cuadro 1):
· La composición de la red (cuánto de étnica es dicha red), ofrece información sobre los aspectos individuales de la misma (como el país de origen de la pareja y el origen étnico de los amigos) y sobre características del entorno laboral y residencial (concentración étnica del lugar de trabajo y del lugar de residencia, respectivamente).
· La disponibilidad de la red. Nos informa sobre la persona a la que se recurre en primer lugar en caso de necesitar ayuda.
Cuadro 1
Dimensiones de la red social
Elaboración del Indicador sobre el Origen Étnico de la Red Social
A partir de las variables anteriores se elaboró un indicador sobre el origen étnico de la red social. Este indicador se desarrolla con el objetivo de otorgar un valor de pertenencia étnica a cada uno de los sujetos encuestados2, esto es la cercanía (o no) de poseer o pertenecer a una red de contactos nativa. En el siguiente paso, el indicador fue validado a través de un análisis de componentes principales, en el que se obtuvo una solución de seis factores. Este análisis permitió la elaboración de un indicador en función de la proporción de la varianza explicada por cada uno de los factores.
La correlación realizada entre ambos indicadores resultó ser positiva y estadísticamente significativa (sig>0,001), lo que indica la idoneidad de ambos para medir el componente étnico de la red. Sin embargo, se optó finalmente por usar el indicador confeccionado manualmente en lugar del desarrollado a través del análisis factorial debido a que con esta segunda técnica el número de casos perdidos era muy elevado (584).
Segmentación de las Redes
Con el indicador desarrollado, se llevó a cabo un análisis de conglomerados Quick Clúster, con el propósito de clasificar las redes de los inmigrantes en función de su origen étnico. El análisis de conglomerados nos permite maximizar la distancia entre los grupos a la vez que minimiza la distancia intragrupos y, por tanto, agrupa los casos en función del parecido o similitud existente entre ellos. El resultado de este análisis, descrito más adelante en la tabla 2, permitió segmentar las redes de los encuestados en étnicas, mixtas y nativas.
Los Determinantes de la Evolución Relacional
En último lugar, con el propósito de identificar las variables que influyen en la evolución de las redes sociales, se llevó a cabo un análisis de correspondencias múltiples (ACM), tal y como se muestra en el gráfico 1. El ACM los permite resumir la información de un conjunto de variables en una serie de factores, con el objetivo de mostrar las relaciones que se establecen entre sus distintas modalidades de respuesta (Soria, 2016). En el ACM las variables que definen cada uno de los ejes nos permiten analizar cuáles son las categorías que más peso tienen en el modelo obtenido, de forma que la variable que más aporta al modelo es la que define ese eje o dimensión (Greenacre, 2008). Además, la proximidad de dos categorías sobre un eje en el mapa muestra una fuerte asociación entre los factores o categorías consideradas.
Las variables seleccionadas para determinar la evolución de las redes sociales están relacionadas con los indicadores de la integración relacional señalados en la revisión de la literatura. Así, además de seleccionar variables como el tiempo de estancia en el país de acogida o la edad de los encuestados, se han tenido también encuentra otros factores como la nacionalidad de origen, el nivel de estudios y la cualificación profesional, el origen étnico de la pareja y la concentración étnica laboral y residencial.
Resultados
Características de la Población de Origen Inmigrante
En la tabla 1 se muestran tanto las características sociodemográficas de los encuestados como las de aquellas variables relacionadas con el proceso de evolución relacional de sus redes.
Tabla 1
Características sociodemográficas
La distribución por sexos es bastante igualitaria, aunque destacan ligeramente las mujeres (657) sobre los hombres (558). La media de edad de los encuestados es de 40,8 años, con un tiempo medio de estancia en España de 14,9 años. El 54,9% de los encuestados está casado o tiene una relación de pareja formalizada, seguidos de los solteros que suponen el 35,4% de la muestra. El 45,8% de los encuestados tiene un nivel de estudios medio-alto, la mayor parte de los encuestados procede de Marruecos (32,3%), Rumanía (23,1%) o Ecuador (22,9%). La población procedente de Colombia representa el 13,9% de la muestra, mientras que la población china un 7,5%.
Redes Étnicas, Mixtas y Nativas
La clasificación de la red en función del origen étnico incluyó 1069 casos; 146 casos fueron excluidos debido a datos missing en las variables utilizadas para la construcción del indicador. Los resultados obtenidos a través del análisis de conglomerados nos muestran tres espacios en función del origen étnico de la red (Tabla 2). De acuerdo con esto, se puede comprobar que las redes nativas son las menos frecuentes entre la población inmigrante (25,5%). Las redes étnicas y mixtas agrupan al 74,5% de los encuestados, aunque destacan ligeramente las primeras como la estructura de relaciones más común entre la población inmigrante (434 individuos).
Tabla 2
Clasificación de los espacios de la red
La Evolución Relacional de los Inmigrantes
El ACM arroja como resultado un mapa o gráfico que pone simultáneamente en relación los distintos tipos de redes identificadas con las características sociodemográficas de sus integrantes y con factores determinantes de su proceso de integración relacional (Mapa 1).
El eje horizontal está relacionado con la composición étnica de la red, observándose una mayor relación del componente étnico de la red (a la izquierda del gráfico) con posiciones bajas de capital humano, mientras que las redes nativas, con valores más elevados del eje de abcisas, muestran asociación con niveles altos de capital humano. Por el contrario, el eje de ordenadas se relaciona tanto con el tiempo de estancia en España como con la edad de los encuestados. Así, los valores bajos se asocian con poco tiempo en España y edades más jóvenes, evolucionando ambas variables de manera directa (edad del encuestado y tiempo de estancia en España) a medida que las posiciones son más altas en el eje.
En el mapa se pueden observar tres espacios claramente diferenciados que caracterizan cada una de las redes identificadas, aunque algunas de las características descriptivas se solapan entre los tres tipos de red. Así, las redes étnicas [1] parecen ser más comunes entre las personas procedentes de Marruecos, con un menor tiempo de estancia en España. Cuentan con una situación legal más inestable y un escaso capital humano ocupan los puestos de trabajo con menor cualificación y su nivel de estudios máximo alcanzado es la ESO -. Los miembros de estas redes se caracterizan por estar casados o tener pareja (étnica) y, además, por residir y trabajar en zonas con una elevada concentración étnica. Por su parte, las redes mixtas [2] cuentan con un mayor número de personas procedentes de países latinoamericanos Colombia y Ecuador , y también con población china. Agrupan a los encuestados de mayor edad y mayor tiempo de estancia en España. La mayoría de los miembros de este tipo de redes están casados o tienen pareja, también étnica. Su situación legal es más estable cuentan con el permiso de residencia permanente o la nacionalidad española- y además poseen un mayor capital humano. Los miembros de estas redes viven y trabajan en espacios con una mayor presencia de población nativa. Por último, las redes nativas [3] se caracterizan por contar con una población más joven (menores de 29 años) con una elevada cualificación tanto académica como profesional. Parecen estar formadas, en su mayoría, por población procedente de Colombia y Ecuador y, en menor medida, por población rumana. Entre estas redes se puede destacar una mayor presencia de personas solteras o con una pareja nativa.
Por otro lado, el tiempo de estancia en el país de acogida sigue siendo un factor clave a la hora de estudiar la evolución de las redes sociales. La relación entre el tiempo de estancia en el país de acogida y el componente étnico de la red puede establecerse desde los 0-10 años, más cercano a las redes étnicas, hasta los más de veinte años de residencia, característica propia de las redes mixtas. Además, de acuerdo con los resultados obtenidos, la formación de parejas mixtas parece influir en mayor medida en la posesión o pertenencia a redes nativas, aunque estas redes parecen estar caracterizadas por una mayor presencia de solteros en comparación con las redes mixtas y étnicas. La edad por otro lado parece tener una relación más fuerte con las redes nativas. Son los más jóvenes los que cuentan con redes sociales nativas, mientras que las redes mixtas se caracterizan por una población más adulta.
Del análisis realizado se deduce, por tanto, que la capacidad de acceso a población nativa depende, más que del factor étnico de la red o el paso del tiempo, de otros factores como la edad y el capital humano poseído.
Mapa 1
Factores relacionales de las redes sociales de los inmigrantes
Discusión
En este artículo se ha mostrado de manera empírica, a partir de los datos de una encuesta realizada a 1215 inmigrantes, como distintas variables influyen tanto en la configuración de la composición étnica de sus redes, como en su proceso de incorporación a la sociedad de acogida a través de la dimensión relacional. De acuerdo con un indicador obtenido a partir del peso relativo de las variables integrantes de las dos dimensiones de las redes (composición y disponibilidad), se clasificaron dichas redes en étnicas (39% de los encuestados), mixtas (35%) y nativas (26%).
Las redes étnicas se han caracterizado como aquellas formadas por los que menos tiempo llevan residiendo en España y tienen una situación legal más inestable y las redes mixtas agrupan a los que más tiempo llevan residiendo en el país y, además, cuentan con una situación legal estable.
Este dato difiere de lo esperado por aquellos que se posicionan ante una visión más lineal del proceso de integración (Molina et al., 2008; Gans, 2007; Gordon, 1961), ya que un mayor tiempo de estancia en el país de acogida (España, en este caso) no implicaría una evolución natural hacia redes asimiladas sino que lo que tiene lugar es un proceso de ampliación de la redes existentes, dando lugar a las redes mixtas. En este sentido, se puede comprobar como en el proceso de evolución relacional de las redes se produce una ampliación de la red de contactos hacia miembros de la población nativa conforme aumenta el tiempo de residencia en España. Sin embargo, esto no implica un proceso de asimilación hacia las redes y grupos primarios de la sociedad de acogida, ni la consecuente pérdida de contacto con la comunidad étnica. Esto quiere decir que, con el paso del tiempo, la red étnica no desaparece, sino que se mantiene, ampliándose hacia los contactos nativos que se van incorporando a la misma (Maya-Jariego, 2002, 2009). Así, las redes mixtas, aunque no son las más numerosas entre la población encuestada, son la forma más común de crear vínculos con la población nativa.
Lo mismo sucede con la edad. En este sentido, las teorías de la asimilación se han estructurado bajo el principio de que cuantas más generaciones se aleja un individuo de la generación de inmigración, más integrado estará en la sociedad receptora (Waters y Jiménez, 2005, p. 13). Es decir, se espera que, junto con el paso del tiempo, el cambio generacional implique un aumento de la presencia de población autóctona en las redes de los inmigrantes. De esta forma, serán las segundas generaciones las que cuenten con un mayor número de nativos en sus redes ya que, además, presumiblemente estas segundas generaciones estarán más familiarizadas con la cultura, los valores y las instituciones de la sociedad receptora (Penninx y Garcés-Mascareñas, 2016, p. 11). Sin embargo, en nuestro caso, no se puede afirmar que sea la generación el factor que determina una mayor presencia de nativos en la red puesto que la edad media de llegada a España se sitúa en los 14 años entre los más jóvenes. Por este motivo, ya que la población encuestada en esta investigación pertenece a distintas generaciones que fueron encuestadas en un mismo período de tiempo, parece más apropiado aquí, siguiendo a Waters y Jiménez (2005, p. 7), hablar de cohorte de nacimiento. Estos autores señalan que el uso de la generación como indicador temporal no tiene el mismo significado que antes, puesto que los grupos de inmigrantes actuales se caracterizan por una continua sucesión de llegadas. Es decir, las suposiciones sobre el papel del cambio generacional pueden perder validez cuando hay reposición de inmigrantes ya que en cualquier momento cada generación puede ser una mezcla de cohortes y cada cohorte tiene una mezcla de generaciones. De esta forma, tomar como referencia las cohortes junto con la generación, permite captar mejor tanto los procesos de cambio étnico internos al grupo (generación), como las limitaciones externas a los grupos relacionadas con la cohorte de nacimiento.
Sin embargo, los resultados si se alinean con aquellos autores que identifican el estatus legal como uno de los factores determinante en el proceso de evolución relacional hacia mayor número de integrantes nativos de la red. Así, para Rey Poveda y de Vilhena (2014, p. 13) una situación legal estable, favorecerá el acceso, por ejemplo, a los mismos puestos de trabajo que los nativos y, por tanto, será más probable contar con una mayor proporción de población nativa en las redes. Sin embargo, aquellos que cuentan con una situación legal inestable recurrirán más probablemente a redes étnicas para acceder, por ejemplo, al mercado laboral. Esteban (2015), en su investigación sobre el papel de las redes sociales que utilizan los inmigrantes y ex exiliados argentinos en la búsqueda de empleo, comprobó que las redes étnicas formadas por amigos y conocidos argentinos fueron determinantes para la inserción económica sobre todo en el caso de los inmigrantes sin permiso de trabajo o residencia.
En contraste con estos dos tipos de redes, la pertenencia a las redes nativas parece no venir explicada tanto por el componente étnico de la red pre-existente (la existencia a priori de más integrantes étnicos o más nativos), como por otros factores de carácter estructural -como los relacionados con el capital humano o el estatus poseídos- o aquellos vinculados al origen étnico de la pareja y la edad.
Así, un elevado capital humano parece proporcionar acceso a redes más amplias y variadas, favoreciendo también la movilidad social y residencial. Esto influirá en el proceso de integración de la población inmigrada, al contar con mayores incentivos para acceder a organizaciones y grupos que están formados por población autóctona (Alba y Nee 2009; Portes et al., 2005; Portes y Zhou 1993; Rebhun 2015) . En este mismo sentido apunta el estudio de Dahinden (2011, p. 19) en una pequeña ciudad suiza, cuando destaca que son los trabajadores altamente cualificados, procedentes del norte de Europa, los únicos que interaccionan con la población nativa, mientras que la presencia de inmigrantes del sur de Europa y de recién llegados en las redes de los autóctonos es muy escasa. Son, por tanto, las diferencias de estatus las que influyen en el desarrollo de relaciones y redes sociales entre sus habitantes.
En cuanto al origen étnico de la pareja, estudios anteriores, como el de Roggeveen y Van Meeteren (2013, p. 16) sobre la comunidad de brasileños residentes en Ámsterdam, señalan que, entre los que llegan de forma regular, predomina la existencia de una pareja nativa y, por tanto, cuentan con una mayor capacidad de acceso a las redes de dicha pareja. Sin embargo, en nuestro caso, el origen étnico de la pareja tiene un efecto secundario en el proceso de integración relacional, en tanto en cuanto el desarrollo de lazos con miembros de la sociedad de acogida también se produce a través de parejas étnicas. Es decir, aunque el origen étnico de la pareja parece influir en el acceso a redes nativas, cabe destacar que las parejas étnicas, donde ambos miembros son de origen inmigrante, también han desarrollado lazos con nativos a través de redes mixtas. Este hallazgo confirma los resultados de Verónica de Miguel y sus colaboradores (2015, p. 7) sobre el papel de las uniones mixtas en el proceso de integración relacional, en los que, pese a que una unión mixta implica una mayor presencia de españoles en las redes, los nativos que aparecen son fundamentalmente familiares de la pareja española. Las conclusiones de esta investigación señalan, por un lado, que el poseer una pareja nativa no implica una mayor presencia de españoles en la red y, por otro, que la integración relacional se produce, mayormente, a través de la familia.
De acuerdo con los resultados obtenidos en este trabajo, si bien los distintos factores considerados parecen influir en el proceso de evolución relacional de los migrantes a través de la composición étnica de sus redes, no se puede afirmar que estas variables estén relacionadas con un proceso de asimilación hacia las redes primarias de la sociedad de acogida; más bien estos factores intervienen en un proceso de apertura de la red social. Así, nuestros resultados apuntan a las redes mixtas como la forma más común de desarrollar lazos con la población nativa. Considerar las redes mixtas como un modo más de incorporación a la sociedad de acogida supone aceptar que no tiene lugar un proceso de transición lineal desde las relaciones étnicas a las nativas (Alba y Nee, 2009; Gordon, 1961), es decir, el espacio mixto de relaciones no puede ser considerado como una etapa de transición hacia las redes asimiladas, sino que lo que se produce es un proceso de incorporación gradual de contactos nativos a las redes existentes. Esto da lugar a una reducción de los límites entre grupos donde puede permanecerse de manera simultánea en ambas realidades conservando las relaciones e identidades propias del grupo étnico a la vez que se amplían los contactos con miembros de la sociedad de acogida. Por otro lado, en relación con las vías de acceso a los espacios residenciales y laborales, parecen confirmarse los supuestos clásicos sobre el proceso de asimilación: aquellos con escaso capital humano y una situación legal más precaria se ven limitados a trabajos localizados a través de redes étnicas, con escasa cualificación, así como a residir en áreas predominantemente étnicas (Alba y Nee, 2009).
Por otra parte, el cambio generacional, a pesar de estar relacionado con una mayor presencia de nativos en la red, no puede considerarse aquí un factor determinante en cuanto a la posesión o pertenencia a redes nativas. Es la cohorte de nacimiento la que parece explicar en mayor medida la presencia de nativos en las redes. Esto quiere decir que individuos de diferentes generaciones de inmigración, pero de la misma cohorte de nacimiento, pueden experimentar similares oportunidades una vez en la sociedad de acogida, incluso aunque existieran diferentes dinámicas internas relacionadas con su grupo étnico. En otras palabras, a aquellos que han llegado a España a una edad más temprana les será más sencillo incorporarse al nuevo sistema social y adquirir las capacidades y habilidades necesarias para competir e incorporarse en los ámbitos propios de la sociedad de acogida; esto les permitirá tener más oportunidades para desarrollar lazos con población nativa.
De esta forma, el desarrollo de lazos con población nativa parece estar determinado por el capital humano poseído o el estatus legal y no tanto por los cambios intergeneracionales o el tiempo de estancia en el país de acogida. Esto nos acerca más a la hipótesis de Rumbaut (2001, p. 3) al afirmar que el desarrollo de relaciones con nativos es improbable que tenga lugar bajo condiciones de desigualdad de estatus.
1. Es importante diferenciar entre población de origen extranjero (nacidos en el extranjero con o sin la nacionalidad española) residente en España y población de origen inmigrante (aquellos de origen extranjero procedentes de países menos desarrollados). En el diseño metodológico se ha optado por la población de origen inmigrante. Aquí, Rumanía y Bulgaria son países que se consideran emisores de inmigrantes, al ser su estadio de desarrollo inferior al resto de países de la UE.
2. La puntuación obtenida por cada uno de los sujetos encuestados es el resultado de la suma de los valores de las 10 variables que componen los factores incluidos en el Cuadro 1: (1) la composición de la red social, (2) disponibilidad. Las variables presentan tres posibles valores: cero, el componente étnico, aquellas categorías de respuesta que hagan referencia a contactos de origen extranjero; uno, el componente mixto, referido a una presencia igualitaria de contactos inmigrantes y españoles; y dos, el componente nativo, referido a la presencia de autóctonos entre sus contactos. Para la variable país de origen de la pareja, si la pareja es de España, se identifica como nativa y si pertenece a cualquier otro país como étnica. Para obtener la puntuación étnica de cada sujeto, se determina su posición relativa -o proximidad- con respecto a la red nativa, dividiendo la suma de las respuestas relacionadas con la procedencia étnica de los contactos entre la puntuación máxima posible (puntuación total de 20, en el caso de que la puntuación sea 2 para cada una de las 10 variables). Las puntuaciones obtenidas van desde el cero, lo que nos indicaría una pertenencia absoluta a redes étnicas, hasta cien que, por el contrario, haría referencia a la pertenencia total a redes nativas.
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