Multidisciplinary Journal of Gender Studies

Volumen 13, Número 3, 25 de octubre de 2024, Páginas 213 – 33

Creative Commons Logo Autor(s) 2024

http://dx.doi.org/10.17583/generos.13228

 

Autonomía Económica y Política de las Mujeres en América Latina: Un Análisis Multidimensional de la Evolución y Desigualdades

Susan Karola Santamaría-Campo, Kelly Mercedes Diaz-Theran, Carmen Cadrazco-Salcedo, Blanca Flor Pérez-Contreras & Rosana Martínez-Carazo

 

Resumen

En los últimos años, ha surgido un creciente interés a nivel internacional por comprender la desigualdad de género en diversas esferas sociales, en este sentido las Organizaciones se han dedicado a fomentar el desarrollo económico de los países buscando alternativas para fortalecer la igualdad, impulsando acuerdos políticos y acciones. El objetivo fue analizar la autonomía económica y política de las mujeres latinoamericanas. La metodológica cuantitativa con alcance exploratorio, mediante la técnica estadística multivariante Statis, la interacción multidimensional existente entre 10 indicadores de autonomía económica y política de mujeres latinoamericanas, según cifras compiladas por el Observatorio de Género de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas. Resultados, se analizaron indicadores de género en 16 países latinoamericanos entre 2005 y 2019, donde se observaron mejoras en la participación política de mujeres en ciertos países y un aumento en mujeres en sectores de alta productividad, la autonomía económica y política mostró una relación independiente, estos resultados son relevantes para abordar la equidad de género en la región. concluyendo que existen diferencias considerables entre las naciones, que implican una evolución heterogénea en la búsqueda de la paridad de género en los ámbitos político y económico de la región.

 

Palabras clave

Indicadores de género, autonomía de la mujer, política, económica, desigualdad 

 

La desigualdad de género en América Latina es un tema de creciente interés y relevancia a nivel internacional. En los últimos años, diversas organizaciones han dirigido su atención hacia la comprensión de las disparidades de género que persisten en la región. Este interés no solo se ha limitado al ámbito académico, sino que también ha involucrado a instituciones gubernamentales y organizaciones internacionales que buscan promover el desarrollo económico y social de los países latinoamericanos.

La desigualdad de género en América Latina abarca una amplia gama de dimensiones, que van más allá de las diferencias salariales entre hombres y mujeres. Incluye aspectos cruciales de la vida cotidiana, como la expectativa de vida, el acceso a servicios de salud, la educación de calidad y la participación en la toma de decisiones políticas y económicas. Estudiar estas desigualdades es esencial para comprender y abordar los desafíos que enfrentan las mujeres en la región.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), una de las comisiones regionales de las Naciones Unidas, desempeña un papel fundamental en la recopilación y análisis de datos relacionados con la igualdad de género en América Latina. Según la CEPAL, lograr la igualdad de género implica transformar la autonomía de las mujeres en tres componentes interconectados: la autonomía física, la autonomía económica y la autonomía en la toma de decisiones. Estos componentes están estrechamente relacionados y deben abordarse de manera integral.

En este contexto, es importante destacar que, a pesar de los avances significativos, las mujeres en América Latina aún enfrentan desafíos significativos en la búsqueda de la igualdad económica y la participación activa en la vida política. Las diferencias en la distribución del tiempo dedicado a las responsabilidades domésticas y las limitaciones en el acceso al mercado laboral son obstáculos importantes que contribuyen a la desigualdad de género en la región.

Este texto se centrará en el análisis de dos aspectos fundamentales de la autonomía de las mujeres en América Latina: la autonomía económica y la autonomía en la toma de decisiones. A lo largo de este estudio, exploraremos las causas y consecuencias de estas desigualdades de género y examinaremos las medidas adoptadas para promover la igualdad en diferentes ámbitos, desde la política hasta el sector privado. A través de este análisis, esperamos arrojar luz sobre la importancia de abordar la desigualdad de género en América Latina y sus implicaciones en el desarrollo y el progreso de la región.

 

¿Por qué Estudiar la Desigualdad de Género en Latinoamérica?

 

En años recientes se ha observado interés internacional por entender la desigualdad de género en los distintos ámbitos en que se presenta y es estudiada por organizaciones que se encargan de promover el desarrollo económico de los países. Éstos a su vez, han buscado gestionar alternativas que ayuden al fortalecimiento de la igualdad, mediante acuerdos políticos y acciones que procuran hacer seguimiento a indicadores de desarrollo, y entender el porqué de las diferencias observadas entre géneros, y entre países. Según como indica Basabe-Serrano (2017), “durante la última década existe un creciente interés de los investigadores latinoamericanos tanto por describir las asimetrías como también por identificar algunas de las variables que las podrían explicar” (p. 236).

En el contexto latinoamericano, la CEPAL, como una de las cinco comisiones regionales de las Naciones Unidas que busca contribuir al desarrollo económico de América Latina y El Caribe reforzando las relaciones económicas entre las naciones de la región; es una de las instituciones que investiga el desarrollo de género, compilando y analizando sus estadísticas oficiales. Esto, entendiendo que estudiar la desigualdad, implica no solo de examinar las condiciones de riqueza, el patrimonio neto, o el sueldo bruto, sino que también abarca dimensiones del desarrollo humano, tales como, la expectativa de vida, la facilidad que tienen las personas para acceder a los servicios de salud, a la educación de calidad, o a los servicios públicos y adicionalmente, podría involucrar diferencias en las condiciones de calidad de vida según condiciones de vulnerabilidad.

Según esta institución, conseguir la igualdad de género requiere que se produzcan transformaciones de la autonomía de las mujeres en tres componentes: La física, la económica y la política o en la toma de decisiones, las cuales interactúan entre sí, de forma que no pueden ser interpretadas o abordadas aisladamente. La autonomía se entiende como “la capacidad de las personas para tomar decisiones libres e informadas sobre sus vidas, de manera de poder ser y hacer en función de sus propias aspiraciones y deseos en el contexto histórico que las hace posibles” (CEPAL, 2011, p. 9). Así, el hecho de que las personas logren ser autónomas permite el que puedan ser libres y contribuyan a la sociedad sin discriminación de ningún tipo.

Esta idea es soportada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas de Colombia DANE (2020), cuando indica que la autonomía y “la participación de las mujeres se despliega en un amplio abanico de espacios, todos ellos esenciales, (…) y muy a menudo en todos ellos su integración, su cultura organizacional y la toma de decisiones están influenciadas por relaciones de género asimétricas” (p.74). Frente a cada uno de los tipos de autonomía, puede referenciarse que la física, se asocia al respeto de los derechos reproductivos de las mujeres y la violencia de género. La autonomía económica es comprendida como las posibilidades de generar y hacer uso de recursos, de disponer libremente de su tiempo, de alcanzar su pleno desarrollo y de participar activamente de la vía pública. Mientras que, la autonomía en la toma de decisiones se refiere a la presencia de las mujeres en los distintos niveles de los poderes gubernamentales y su participación en igualdad de condiciones con los hombres.

Este trabajo está delimitado al estudio de aspectos pertenecientes a los dos últimos tipos de autonomía, por lo cual, es importante referenciar algunos de los autores que las han estudiado, para introducir el alcance del análisis. Según Calcagni y Cortínez (2017), “en el discurso político internacional, se destaca la relevancia de la autonomía económica para el logro del empoderamiento de las mujeres” (p. 5), dado que éste habilita su contribución a la sociedad. Sin embargo, en el contexto latinoamericano las mujeres suelen estar en desventaja frente a los hombres e incluso, tienden a tener menos medios de subsistencia, por causa de que no todas logran acceder al mercado del trabajo.

Los motivos por los cuales se observan estas desventajas se centran en la explicación de cómo socialmente las mujeres disponen más tiempo que los hombres, al cuidado del hogar, en contraposición al tiempo que dedican a desarrollarse profesionalmente, o a otro tipo de compromisos laborales. Esta situación genera desigualdades de género y “al no existir en una efectiva responsabilidad compartida en las actividades domésticas entre hombres y mujeres, se seguirá provocando que el tiempo que las mujeres dedican a dichas actividades sea mayor” (Sabillón, Aragón, y López, 2018, p. 119).

Esta condición afecta a la mujer debido a que, la falta de autonomía económica le impide la disposición de su tiempo, haciendo que distribuya la mayor parte de éste en el cuidado del hogar y de su familia, lo cual, puede llegar a ser un limitante para acceder a la educación formal, o impedir su incorporación a trabajos bien remunerados. En el último informe del progreso de las mujeres en el mundo, de ONU Mujeres (2020), se indica que las mujeres han ganado autonomía económica de forma que la incorporación de las mujeres al mercado laboral continúa aumentando de manera significativa, a pesar de que el matrimonio y la maternidad reducen sus tasas de actividad.

Ahora bien, en cuanto a las posibilidades que tienen las mujeres para desarrollar su autonomía en la toma de decisiones, y con ello, aspirar a ejercer cargos de poder, Goyes (2019), asevera que éstas deberían tener la posibilidad de “participar de manera activa de la vida social y política, y dedicarse a sus seres queridos sin que ello se transforme en una barrera para el logro de sus propias aspiraciones” (pp.182). Sin embargo, las cifras de participación política femenina demarcan aún brechas frente a los hombres. En cuanto a los indicadores de participación política en América Latina, “se estima que más del 90% de cargos ejecutivos locales son ocupados por varones” (Arévalo, 2019, p. 55).

Según como indica Andrade, Arboleda y Chalarca, 2021, “La participación política de la mujer está respaldada en cada ordenamiento jurídico, en la cual se consagra la facultad que tiene toda mujer a participar en escenarios políticos, pero, en la actualidad los índices de participación política de la mujer son mínimos debido a prejuicios que a lo largo del tiempo se han presentado hacia la mujer y su intervención en este campo” (p.252). Es por ello por lo que, para disminuir las desigualdades frente a los porcentajes de participación política de las mujeres, internacionalmente se han establecido las leyes de cuotas, con el fin de reglamentar la integración de ambos sexos en las curules políticas, según como se expone en la tabla 1.

Estas acciones legales han sido favorables para lograr la igualdad dentro de las candidaturas a los cargos de elección popular, más sigue siendo necesario avanzar en la incorporación de la mujer a cargos de poder del sector privado, porque según Rubio-Marín (2020), “la preocupación por incluir a las mujeres en la toma de decisiones no se limita a las instituciones estatales de carácter representativo, sino que abarca también a otras estructuras de gobierno tanto en el ámbito público como en el privado” (p. 26).

 

Tabla 1

Países de América Latina con Cuotas Legales de Género en la Representación Política

Nota. Elaboración propia desde información (CEPAL, 2020).

Frente a acciones políticas y acuerdos gubernamentales entre países latinoamericanos, que procuran lograr la igualdad de género se destaca, por ejemplo, el esfuerzo realizado por Bolivia, dado que en el año 2012 instituyó la Ley 243 contra el acoso y la violencia hacia las mujeres. También resulta importante mencionar que Chile y Perú cuentan con un Ministerio para la Mujer y la Equidad de Género. Estos organismos buscan propiciar espacios para que las mujeres participen libremente en la toma de decisiones políticas y económicas. En contraste, existen países latinoamericanos que no cuentan con tal ente gubernamental, como es el caso de Colombia, por ejemplo, lo que dificulta la promoción y el fomento de la equidad de género.

 

¿Por qué Analizar los Indicadores de Género desde un Análisis Multivariante?

 

Los indicadores de género “hacen visible las desigualdades que subsisten entre mujeres y hombres, así como para la generación de nuevos marcos teóricos y metodológicos desde la investigación feminista en América Latina” (Camacho, 2019, p. 12), por lo cual, para contextualizar la obtención de los resultados en este estudio, es importante indicar algunas de las investigaciones y autores que, en años recientes, han utilizado técnicas de análisis de datos para estudiarlos, y/o aquellas en las cuales se examinan las brechas de género existentes entre países.

En el contexto internacional, la primera referencia por citar es el trabajo de Miedema, Haardorfer y Girard (2018) donde se analizaron variables tales como activos humanos y sociales, actitudes y creencias de género e influencia en las decisiones del hogar, para identificar cuáles de estos elementos pueden usarse para monitorear avances hacia el empoderamiento de las mujeres, tanto en África Oriental como en otros países. Aplicando análisis factorial, los autores concluyeron una medición invariante de factores en tres modelos de empoderamiento de la mujer.

Otro estudio relacionado con el alcance de este trabajo es el de Seguino. (2019), quien mediante un análisis que explora el papel del género en la macroeconomía sobre educación, salud, trabajo no remunerado , empleo, trabajo y desarrollo de la mujer, en diferentes regiones del mundo. Los autores concluyeron que, si bien persisten las desigualdades de género, las mujeres han logrado avances significativos en el cierre de las brechas educativas, en algunos aspectos de la salud y en ámbitos económicos y políticos, a pesar de que en algunas regiones del mundo siguen estando rezagadas sus posibilidades, especialmente Asia meridional, África subsahariana y Oriente Medio y Asia central. 

Como tercer estudio de referencia, debe mencionarse el realizado por Řezanková y Křečková (2017) en Polonia, cuyo objetivo fue examinar las similitudes y diferencias de género entre los países de la Unión Europea, según un índice de género global (IGG) y cuatro subíndices. Mediante métodos estadísticos, como el análisis de conglomerados y el análisis discriminante, las autoras encontraron correlación entre el equilibrio de género y la renta per cápita en la mayoría de los países, por lo cual, a medida que el equilibrio de género aumenta, también aumenta la renta per cápita.

Otra referencia internacional, es el trabajo de González, López y Martínez (2019), sobre desigualdad de género y convergencia en los países de la Unión Europea, para los años 2005 y 2015. Estos autores examinaron la σ-convergencia y β-convergencia utilizando datos del Índice de Igualdad de Género (IIG).  Los resultados obtenidos mostraron acercamiento en cinco dimensiones que componen el IIG, siendo la dimensión de uso del tiempo (tiempo dedicado por las mujeres a las tareas del hogar y de cuidado de sus miembros), la única donde las diferencias entre los países no han disminuido, entre los años analizados.

En el contexto latinoamericano específicamente, es pertinente referir un estudio realizado hace más de una década, por Lamelas y Aguayo (2010), desde la perspectiva de los indicadores de desarrollo humano, entre los años 1997 y 2007. Este trabajo presentó una panorámica comparativa de su evolución entre los países latinoamericanos, cuestionando el alcance de la relación entre el Índice de Desarrollo Humano relativo al Género (IDG) y el Índice de Potenciación de Género (IPG). Mediante estadística descriptiva, los autores concluyeron una diferencia porcentual significativa en los ingresos entre mujeres y hombres, para el año 2007 éste se situaba en 17% y 50% respectivamente (% de ingresos estimados en los hogares).

Teniendo en cuenta estos estudios, el enfoque de esta investigación es cuantitativo y se busca responder a las preguntas de investigación, ¿hay diferencias entre países latinoamericanos en cuanto a los indicadores de género de la autonomía económica y política de las mujeres?, ¿cuál es el indicador de género que refleja mayor diferenciación entre los países de América Latina y El Caribe?, ¿en qué países se observa que las mujeres tienen más posibilidades de desarrollar su autonomía?, y, ¿ha mejorado la participación política de las mujeres en Latinoamérica entre 2005 y 2019?

 

 

Metodología

 

En este estudio se analizan los indicadores de género en Latinoamérica, para los años 2005 y 2019, organizados en los dos factores determinantes de la contribución de la mujer al desarrollo de las naciones, los de autonomía económica y los de la autonomía política. Esta investigación es de diseño cuantitativo con alcance exploratorio, ya que se examina la información mediante la técnica multivariante Statis, para encontrar asociaciones (ya sean positivas o negativas) entre los indicadores de genero de autonomía económica y política, además, se busca identificar dónde se registran las mayores brechas, tanto entre países como entre años de estudio, describiendo las relaciones entre los indicadores que determinan condiciones de desigualdad. Este análisis es posible dado que el Statis es una técnica donde se analizan los datos de forma multidimensional organizados en 3 vías (países, indicadores y años).

El método STATIS fue propuesto por L’Hermier des Plantes (1976) y formalizado por Lavit (1988) en el ámbito del Laboratorio de Estadística de la Universidad de Ciencias y Técnicas de Languedoc. Se utiliza para analizar múltiples tablas de datos en las cuales cada una de las matrices contiene información referente al mismo conjunto de observaciones (países en este caso). La técnica se desarrolla en tres etapas: el análisis de la Interestructura, que tiene el objetivo de estudiar la diferenciación global entre tablas. El análisis del Compromiso, cuyo objetivo es resumir la información de las matrices de partida proporcionando una imagen de las estructuras que son comunes a todas las tablas. Por último, se estudia la Intraestructura, que consiste en el analizar la reproducibilidad del compromiso, ya que en esta etapa se representan las posiciones o trayectorias de cada uno de los individuos y/o variables, que componen las diferentes tablas, comparando sus posiciones relativas en relación con la posición entre ellas, y con la del compromiso. (Thioulouse et al, 2004; Mendes et al, 2010; Rolland et al, 2009).

 

Tabla 2

Indicadores en Análisis

Nota. Elaboración propia desde información (CEPAL, 2020).

 

Según como se especifican en la tabla 2. Las cifras examinadas corresponden a información oficial compilada y publicada por el Observatorio de Igualdad de Género de la CEPAL.  Los 16 países de interés, ordenados según su posición geográfica continental, son: México (MXC), Guatemala (GTM), El Salvador (SLV), Honduras (HND), Nicaragua (NIC), Costa Rica (CRI), República Dominicana (DOM), Panamá (PAN), Colombia (COL), Ecuador (ECU), Perú (PER), Bolivia (BOL), Brasil (BRA), Chile (CHL), Paraguay (PAR) y Uruguay (URU).

 

Tabla 3

Indicadores de Géneros de Autonomía Económica

Nota. Elaboración propia desde información (CEPAL, 2020).

 

En las tablas 3 y 4 se presentan los valores específicos de los indicadores de autonomía económica y política a ser analizados y representados de forma multidimensional. Éstos reflejan las diferencias existentes entre países y según años. Distinguir en la tabla 3, en cuanto a la participación laboral, que el indicador con valores superiores al 70%, es el porcentaje de mujeres con productividad baja (PWLP). En contraste, el porcentaje de mujeres con productividad alta no alcanza a ser (en ningún país) mayor al 12%. Por su parte, con relación a los indicadores de la tabla 4, puede notarse que los indicadores promedio (a total Latinoamérica) de 2019, son mayores que los registrados en 2005, excepto en caso del porcentaje de mujeres concejalas electas.

 

Tabla 4

Indicadores de Géneros de Autonomía Política

Nota. Elaboración propia desde información (CEPAL, 2020).

 

 

Resultados

 

Los análisis que se describen a continuación presentan la relación existente entre los indicadores de género, según los 16 países latinoamericanos de interés y con respecto a las tendencias de los años 2005 y el año 2019. En primera instancia se realiza una exploración descriptiva de las variablesPWHP, PWLP y PL, con el propósito de introducir los resultados de las pruebas estadísticas que sustentan en cuáles de los indicadores de género se registran diferencias significativas entre 2005 y 2009. Posteriormente se presenta el análisis multivariante de las tablas por separado de todos los indicadores analizados y se termina con la explicación de los resultados en el análisis de la infraestructura y el compromiso del Statis.

 

Exploración Descriptiva

 

Gráfica 1

Porcentaje de Mujeres Trabajando en Sectores de Productividad Alta (PWHP)

 

Gráfico, Gráfico de barras

Descripción generada automáticamente

Nota. Elaboración propia en R software estadístico R.

 

En la gráfica 1, se presenta el comportamiento de la variable PWHP en perspectiva comparada entre los años 2005 y 2019. Se observa que Uruguay, Costa Rica, Panamá, Colombia, Brasil y Chile, son los países con mayor porcentaje de ocupación laboral femenina en sectores de productividad alta. A pesar de que, en 2005, a total Latinoamérica tal porcentaje sólo representaba el 4.3% de las mujeres, pasando a 6.05% en 2019. En contraste.

 

Gráfica 2

Porcentaje de Mujeres Trabajando en Sectores de Productividad Baja (PWLP)

Gráfico, Gráfico de barras

Descripción generada automáticamente

Nota. Elaboración propia en R software estadístico R.

 

En la gráfica 2 se representan las cifras de PWLP. Se observa un alto porcentaje de mujeres latinoamericanas trabajando en sectores de productividad baja, 78.7% en promedio para el año 2019, según como se puede constatar en la tabla 3.  No se perciben mayores distinciones, entre países, ni entre años.

 

Gráfica 3

Porcentaje de mujeres en los parlamentos nacionales (PL)

Gráfico, Gráfico de barras

Descripción generada automáticamente

Nota. Elaboración propia en R software estadístico R.

 

En la gráfica 3 se resumen las proporciones de escaños ocupados por mujeres en los parlamentos nacionales. Puede notarse que países como Bolivia, Costa Rica, México, Nicaragua y El Salvador, le están dando la oportunidad a las mujeres para que hagan parte del poder legislativo, dado que son los que registran mayores variaciones frente al año 2005, mientras que, las menores proporciones se observan en Guatemala, Paraguay y Brasil.

 

Dado que en algunos indicadores se observan distinciones entre años, pero en otros no es evidente el cambio en las cifras, es pertinente verificar si existen diferencias estadísticamente significativas a total Latinoamérica entre los años de estudio, a través de una prueba no paramétrica que considere los datos como pareados. Para ello se realiza la prueba de Wilcoxon, donde la hipótesis nula (Ho) es que en ambos años no existen diferencias entre las medias de cada indicador, y la hipótesis alternativa (Ha), es que la media difiere entre años.

 

Tabla 5

Valores P en Prueba de Wilcoxon para Diferencia de Medias entre Indicadores

Nota. Elaboración propia en software estadístico R.

 

En la tabla 5 se resumen los valores P obtenidos para los contrastes con cada indicador.  Se observa que sólo en 2 indicadores (PWLP y PE) el valor P no es menor que un nivel de significancia de 0.05, por tanto, entre los años comparados no se registras diferencias considerables a total Latinoamérica en el porcentaje de mujeres que laboran en sectores de productividad baja, ni entre aquellas que hacen parte del poder ejecutivo como ministras. En los demás indicadores sí existen diferencias significativas entre 2005 y 2019.

 

Resultados Mediante la Técnica Statis

 

En la gráfica 4 se ilustra por separado las 4-tablas de indicadores analizados (según tipos de autonomía en cada año) en forma de representaciones Biplot, es decir, se muestran las posiciones de los países (representados mediante sus banderas) con relación a los indicadores (vectores). Al analizar en primera instancia los indicadores de autonomía económica, se advierte un patrón muy similar en la ordenación de los vectores en ambos años, aunque con direcciones diferentes, los cambios que se observan obedecen a la ordenación de los países. También se identifica que, en ambos años, el vector de mayor preponderancia (de mayor longitud en el plano 1-2 de la reducción de la dimensionalidad), corresponde al porcentaje de mujeres con productividad baja (PWLP), ubicándose en dirección contraria al vector que representa el porcentaje de mujeres con productividad media (PWMP).

De acuerdo con el grafico del año 2005, se puede ver que Ecuador, Perú y Paraguay se ubican en la dirección del porcentaje de mujeres con productividad baja (PWLP), mientras que, en el año 2019, a este grupo de países se le une Bolivia. Estos porcentajes reflejan cómo en estas naciones las mujeres sí trabajan, pero ubicándose en sectores de agricultura, comercio o servicios, donde no suelen ser muy bien remuneradas. Además, se observa un patrón común entre Honduras, Guatemala y Salvador, que están cerca al vector que representa a las mujeres sin ingresos propios (PNIO). Es decir, en estos países las mujeres tienden a no devengar ingresos que les permitan sostener sus propias necesidades básicas. Contrario a este comportamiento, se evidencia el vector del porcentaje de productividad alta (PWHP), cerca al cual, para el año 2005 se ubican Panamá, Chile, Republica dominicana, Costa Rica y Uruguay y para el año 2019, se observan cerca de él, Colombia, Costa Rica, Panamá y Chile.

 

Gráfica 4

Representación por Separado de las Tablas Analizadas Mediante STATIS

 

Nota. Elaboración propia en R, con librería ade4 (Chessel, Dufour y Thioulouse, 2004).

 

En cuanto a la representación de los indicadores de autonomía política en la gráfica 4, se puede interpretar que, para ambos años todos los vectores van en una misma dirección (hacia la izquierda), a diferencia de lo que se observa con los países, que están distribuidos en todo el plano, de manera diferente para cada año.

Para el año 2005 países como Nicaragua, Honduras y Costa Rica se ubican en la dirección de los vectores que representan la participación política de la mujer en el poder ejecutivo (PE), judicial (PJ) y aquellas que participan en las alcaldías (AL). Opuesto a este comportamiento, se observa a Colombia, Brasil, Guatemala, Uruguay, Paraguay y El Salvador, que se ubican a la derecha de la gráfica, reflejando una baja participación de sus mujeres en cargos de representación política. Para el año 2019 países como Nicaragua, México, Costa Rica, Bolivia, El Salvador, Uruguay y Ecuador son los que se ubican en la dirección de los vectores de participación política.

Pasando a los resultados mediante la aplicación de la técnica Statis, el primer paso es el análisis de la interestructura, que permite comparar las matrices de correlación vectoriales, para advertir las asociaciones entre las tablas analizadas. Ésta se presenta en la gráfica 5 desde donde se interpreta que, en ambos años, los indicadores de autonomía económica (A.E) presentan un comportamiento independiente de la autonomía política (A.P), debido a que las correlaciones son muy pequeñas y el ángulo que forma entre ellos, en la representación de la Inter estructura, se acerca a ser perpendicular (cercano a 90°). Esto en términos conceptuales significa que los dos tipos de autonomía reflejan aspectos diferentes, implicando que, si una mujer tiende a tener buena autonomía económica no implica que tenga una participación en la representación política o viceversa.

Gráfica 5

Representación de la Inter estructura y Matrices de Correlaciones Vectorial

Imagen que contiene Gráfico circular

Descripción generada automáticamente

Nota. Elaboración propia en R, con librería ade4.

 

Como segundo paso del STATIS, se interpreta el Compromiso, que permite analizar a través de un análisis componentes principales, la covariación de los países con relación a los indicadores de género, combinando en una sola representación todas las variables de ambos tipos de autonomía.

 

Gráfica 6

Compromiso de Indicadores y de Países Latinoamericanos

 

Nota. Elaboración propia en R, con librería ade4.

 

En la gráfica 6, se evidencia que el compromiso se divide en dos representaciones, una para la ordenación de los países en el plano (compromiso de las filas analizadas en los cubos de datos), y la segunda muestra la asociación de los indicadores de cada tipo de autonomía (compromiso de las variables según A.E y A.P). La interpretación de los compromisos se hace para explicar los patrones comunes entre los indicadores y los países.

En lo referente al poder político, se nota que el porcentaje de mujeres que participan en el poder judicial (PJ), en el año 2019 tiende a ir hacia el cuadrante III, donde también están ubicados los indicadores con porcentaje de productividad baja y media (PWLP y PWMP), y el porcentaje de mujeres sin ingresos propios (PNIO); mientras que, los indicadores de productividad alta (PWHP) y el índice de feminidad en los hogares pobres (FIPH), se alejan de la participación política.

En este mismo sentido, se interpretan los indicadores de género frente a los países, donde se observa como para el año 2005 existía poca participación política de las mujeres, a diferencia del año 2019, en donde se registra una mayor participación en Costa Rica, México, Nicaragua y Bolivia (ubicados en el cuadrante II). De manera contraria, se observa poca evolución en los países que se ubican en el cuadrante I, III, IV, es decir, entre Honduras, Guatemala, Perú, Paraguay, Republica dominicana, Brasil, Panamá, Colombia, Uruguay.

También puede notarse que para el año 2005 el vector PNIO, se ubicaba en la misma dirección de los indicadores de participación política. Esto implica que en los países México, Nicaragua y Honduras, aunque existe un alto porcentaje de mujeres que no reciben un salario propio, hay otras que intentan ejercer cargos de poder político, aunque para el 2019, en Honduras, la mujer perdió empoderamiento frente al que tenía en 2005.

 

 

Discusión

 

Frente a lo económico y específicamente con relación a los sectores productividad, en este trabajo se observó que el valor más representativo es el de productividad baja (PWLP), con un porcentaje promedio a nivel Latinoamérica de 78.7%, y con menor representación para las mujeres que trabajan en sectores de productividad alta (PWHP) con 7.3%.  Los países que reflejaron mayor porcentaje de mujeres sin ingreso propio (PNIO) son Honduras, Guatemala y Salvador, esto quiere decir que, es común que sus mujeres no alcancen a tener una autonomía económica propia, que les permita “superar la pobreza y disponer de su tiempo libremente para capacitarse, acceder al mercado laboral (…) y dedicarse a sus seres queridos, sin que ello se transforme en una barrera para el logro de sus propias aspiraciones” (CEPAL, 2016, p. 182). En contraste, los países donde se observa que las mujeres tienen más posibilidades de desarrollar su autonomía económica son Panamá, Chile, Uruguay, Republica dominicana, Costa Rica y Colombia, debido a que se observó cómo en éstos, la mujer puede aspirar a tener empleos en sectores de productividad alta.

Pasando a los países que reflejaron brindar posibilidades para que las mujeres ejerzan cargos de poder político, pudo observarse que Bolivia, Nicaragua, México, Costa Rica, El Salvador, Uruguay y Ecuador, van en camino a lograr la paridad de género. Siendo Bolivia el más representativo, porque para el año 2019 registra un 53,1% de puestos en el poder legislativo (PL) ocupados por mujeres. Cabe mencionar también a Nicaragua dado que en 4 de los indicadores autonomía política analizados, se pudo constatar que tiene actualmente porcentajes de liderazgo político femenino entre 40% y 56%.

Los demás países, no alcanzan el 50%, y, por tanto, presentan desigualdad de género en la representación política. Este resultado se puede ratificar desde Mesa (2019), quien plantea que, “la participación femenina en la política deja bastante que desear, puesto que en general se observa que los parlamentos en su mayoría son integrados por hombres” (p. 122). Así, los países donde actualmente se presenta mayor desigualdad en el liderazgo político de las mujeres, son: Perú, Paraguay, Brasil y Republica dominicana, estas naciones no alcanzan a cubrir las leyes de cuotas que establecieron para velar por la equidad de género en la toma de decisiones políticas.

Pasando a otro tipo de conclusiones no asociadas a los ámbitos de autonomía evaluados, es pertinente indicar las limitantes que se observaron en el desarrollo del estudio. Específicamente, se observó que la organización de los datos en el repositorio de la CEPAL no es óptima, dado que no todos los países de América y el Caribe evalúan los mismos indicadores y, además, no todos los países publican información todos los años. Ello conduce a pensar que deberían existir mejores mecanismos para la publicación de las cifras oficiales de los países latinoamericanos, en temas de igualdad de género. También deberían existir estándares comunes entre países, para efectos de tratamiento y organización de los datos.

Frente a las posibilidades de análisis futuros que aborden el estudio de la autonomía de las mujeres latinoamericanas, podría ser conveniente añadir otras variables que en este estudio no fueron exploradas, entre ellas, la clase social, la edad, la preparación profesional y condicionamientos culturales de las personas sobre cómo el machismo (Rodríguez-Berrocal, 2022) o “la teoría del Patriarcado” (Fernández Ruiz, 2019), afecta el liderazgo y empoderamiento de las mujeres.

Para terminar, es preciso indicar que, para buscar la igualdad de género, algunos países de América Latina cuentan entre sus Ministerios, con uno de la Mujer y las poblaciones vulnerables, pero en otros no existe tal ministerio y sería apropiado poder contar con él, porque según como afirman Reyes, Hernández y González (2019), el buen funcionamiento de la sociedad civil se logra por medio de la participación de líderes que contribuyan a la obtención de beneficios colectivos como las construcción del capital y restablecimiento del tejido social, de esta forma, tal institución velaría por sus derechos y brindaría todas las herramientas necesarias para alcanzar la equidad, de forma que la población femenina pueda alcanzar su autonomía. Esto es clave y más en tiempos donde, la pandemia de COVID-19 está poniendo de relieve y exacerbando las desigualdades económicas y de género ya existentes causadas por un sistema patriarcal y capitalista que, durante siglos, ha infravalorado los cuidados, ha dado mayor visibilidad al trabajo de los hombres (tanto el remunerado como el no remunerado) y ha socavado los derechos de las mujeres (OXFAM, 2020, p.7).

 

 

Conclusiones

 

En conclusión, el análisis revela que en América Latina existe una brecha de género en términos de productividad y autonomía económica de las mujeres, teniendo en cuenta que la mayoría trabaja en sectores de baja productividad, lo que limita su capacidad de salir de la pobreza. Además, algunos países ofrecen más oportunidades en sectores de alta productividad para las mujeres. En cuanto al liderazgo político, se observa progreso hacia la paridad de género en países como Bolivia, Nicaragua y México, pero otros países presentan desigualdad en la representación política de las mujeres. Es imperativo la creación de un Ministerio de la Mujer y poblaciones vulnerables en todos los países de la región convirtiéndose en una estrategia fundamental para garantizar la equidad y la autonomía de las mujeres, especialmente en un contexto de desigualdades exacerbadas por la pandemia de COVID-19.

El análisis de datos sobre la participación laboral femenina en sectores de alta productividad en América Latina durante un período de 14 años revela un crecimiento significativo en la presencia de mujeres en estos trabajos, destacando países como Uruguay, Costa Rica, Panamá, Colombia, Brasil y Chile como líderes en este cambio. Este aumento puede atribuirse a una combinación de factores, incluidos cambios en políticas laborales, acceso a la educación y oportunidades económicas.

Existe una asociación entre la participación política de las mujeres y los indicadores de productividad económica y autonomía financiera, los países con un mayor porcentaje de mujeres en el poder judicial tienden a tener también mayores niveles de productividad baja y media, así como una proporción significativa de mujeres sin ingresos propios. Esto sugiere una interrelación entre la participación política y el desarrollo socioeconómico de las mujeres.

Se observa una separación entre la participación política de las mujeres y los indicadores de productividad económica, a pesar de que algunos países han experimentado avances en la participación política de las mujeres, estos avances no necesariamente se reflejan en un aumento simultáneo en los niveles de productividad económica o en la autonomía financiera de las mujeres. Esto sugiere que los factores que influyen en la participación política de las mujeres pueden ser diferentes de aquellos que afectan su participación en la economía.

En conjunto, se destacan la complejidad de las dinámicas de género en la región y la necesidad de abordar de manera integral tanto las barreras políticas como las económicas que enfrentan las mujeres en su búsqueda de igualdad y participación plena en la sociedad.

 

 

Agradecimientos

 

Este artículo ha sido posible gracias al valioso respaldo proporcionado por la Corporación Universitaria del Caribe (CECAR) a través de un proyecto de convocatoria interna. La CECAR ha brindado los recursos necesarios para llevar a cabo la investigación y el análisis de los indicadores de género en los países latinoamericanos.

 

 

Referencias

 

Andrade Obando, Á. G., Arboleda Aristizábal, L., & Chalarca Hoyos, J. (2021). Las Garantías Jurídicas Frente a la Participación Política de las Mujeres en Colombia, Perú y Bolivia. Cuaderno De Investigaciones: Semilleros Andina, (13), 252-257. https://doi.org/10.33132/26196301.1767

Arévalo, M. (2019). Mujeres en gobiernos locales. Análisis del periodo democrático en Ecuador (1984-2014). Revista Sur Academia, 6 (12), 53 - 64. Recuperado a partir de https://revistas.unl.edu.ec/index.php/suracademia/article/view/546

Basabe-Serrano, S. (2017). Las desigualdades en la representación de mujeres en cortes supremas de América Latina. ADLAF Congreso 2016, Violencia y Desigualdad, Ciudad Autónoma de Buenos Aires. http://hdl.handle.net/10644/5967

Calcagni, M. & Cortínez, V. (2017). Territorios, empoderamiento y autonomía económica: diversas trayectorias para avanzar en equidad de género en Chile. Serie documento de trabajo 223, Grupo de Trabajo Inclusión Social y Desarrollo. Rimisp, Santiago, Chile.

Camacho, J. (2019). Propuesta metodológica para incorporar la perspectiva de género en la producción estadística en México: Encuesta nacional sobre uso del tiempo. (Tesis de Maestría en Metodología de las Ciencias). Centro de Investigaciones Económicas, Administrativas y Sociales. Instituto Politécnico Nacional, México.

CEPAL (2011). Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe. El salto de la autonomía de los márgenes al centro. Informe 2011, Documentos de Proyecto, N° 436 (LC/W.436), Santiago. https://oig.cepal.org/es/documentos/observatorio-igualdad-genero-america-latina-caribe-oig-informe-anual-2011-salto-la-0

CEPAL (2016). Autonomía de las mujeres e igualdad en la Agenda de Desarrollo Sostenible. XIII Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe. Montevideo, 25 a 28 de octubre de 2016. Recuperado a partir de https://www.cepal.org/es/publicaciones/40633-autonomia-mujeres-igualdad-la-agenda-desarrollo-sostenible

CEPAL (2020). Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe. https://oig.cepal.org/es/indicadores

Chessel, D., Dufour, A. & Thioulouse, J. (2004). The ade4 Package – I: One-Table Methods. R News, 4(1), 5–10.

DANE (2020). Mujeres y hombres: brechas de género en Colombia. En: Consejería Presidencial para la equidad de la mujer y ONU Mujeres. Bogotá. Editorial DANE.

Fernández Ruiz, J. M.. (2019). La Ley de Violencia Doméstica, el bien jurídico protegido y el patriarcado: un estudio preliminar. Política criminal, 14 (28), 492-519. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-33992019000200492

Goyes, I. (2019). Marco jurídico para la autonomía económica de las mujeres en Colombia. Revista Academia & Derecho, 10(18), 165-206. https://doi.org/10.18041/2215-8944/academia.18.6001

González Martínez, M. I., López Martínez, M., & Martínez Hermosilla, G. (2019). Desigualdad de género y convergencia en los países de la UE-28 (2005-2015). Revista de Economía Mundial, (53). https://doi.org/10.33776/rem.v0i53.3925

Lamelas, N., & Aguayo, E. (2010). Desigualdad de género en Latinoamérica desde la perspectiva de los indicadores de desarrollo humano. Revista Galega de Economía, 19(2), 1-15. Recuperado a partir de http://hdl.handle.net/10347/19565

L’Hermier des Plantes, H. (1976). Structuration des tableaux a trois indices de la statistique: théorie et application d’une méthode d’analyse conjointe. (Tesis de doctorado), Université des Sciences et Techniques du Languedoc, Montpellier.

Lavit, C. (1988). Analyse Conjointe de tableaux quantitatifs, Masson, Paris.

Mendes, S., Gómez, J. F., Pereira, M. J., Azeiteiro, U. M., & Galindo-Villardón, M. P. (2010). The efficiency of the partial triadic analysis methods: an ecological application. Biometr Lett 47, 83–106.

Mesa, M. (2019). Desigualdad en América Latina y el Caribe. OASIS 30, 117-132. https://doi.org/10.18601/16577558.n30.07

Miedema, Haardörfer, Girard, & Yount. (2018). Women’s empowerment in East Africa: Development of a cross-country. World Development, 110, 453-464. https://doi.org/10.1016/j.worlddev.2018.05.031

ONU Mujeres (2020). El progreso de las mujeres en el mundo. Familias en un Mundo Cambiante. En línea: https://www.unwomen.org/es/digital-library/progress-of-the-worlds-women.

OXFAM (2020). Los cuidados en tiempos del coronavirus. En línea: https://www.oxfam.org/es/informes/los-cuidados-en-tiempos-del-coronavirus

Rubio-Marín, R. (2020). Mujeres, espacio público, participación política y derechos humanos: ¿hacia un paradigma de democracia paritaria? Revista electrónica de estudios internacionales (REEI) 39, 1-29. https://doi.org/10.17103/reei.39.09

Řezanková, H., & Křečková, Z. (2017). Selected Gender Gap Indicators – Comparison of V4 Countries within EU Context. 20th International Scientific Conference AMSE. Applications of Mathematics and Statistics in Economics, 373-386. Wydawnictwo Uniwersytetu Ekonomicznego we Wrocławiu. https://dbc.wroc.pl/dlibra/publication/43478/edition/39144/content?&ref=struct&meta-lang=pl

Reyes Rojas, G. E. ., Hernández Núñez, O. G. ., & González Díaz, F. . (2019). Liderazgo Comunitario y su Influencia en la Sociedad como Mejora del Entorno Rural. Revista Innova ITFIP, 5(1), 15–27. https://www.revistainnovaitfip.com/index.php/innovajournal/article/view/52

Rolland, A., Bertrand, F., Maumy, M., & Jacquet, S. (2009). Assessing phytoplankton structure and spatio-temporal dynamics in a freshwater ecosystem using a powerful multiway statistical analysis. Water Research 43(13), 3155–3168. https://doi.org/10.1016/j.watres.2009.03.049

Rodríguez-Berrocal, P. (2022). Violencia psicológica contra la mujer en la narrativa regional andina. Investigación Valdizana, 16(1), 51-57. https://doi.org/10.33554/riv.16.1.1310

Seguino, S. (2019). Engendering Macroeconomic Theory and Policy [Teoría y política macroeconómica en términos de género]. Feminist Economics , 26 (2), 27–61. https://doi.org/10.1080/13545701.2019.1609691

Sabillón, J., Aragón, A., & López, I. (2018). Medición Multidimensional de la Precariedad Laboral en Centroamérica. Revista de Ciencias Sociales, (162), 117-129. Recuperado a partir de https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/sociales/article/view/36586

Thioulouse, J., Simier, M., & Chessel, D. (2004). Simultaneous Analysis of a Sequence of Paired Ecological Tables. Ecology, 85(1), 272-283. https://doi.org/10.1890/02-0605